En los tiempos turbulentos e inciertos que vivimos, a más de uno le gustaría tener ahora mismo un botón que le pudiese teletransportar a otra realidad, otro tiempo u otro planeta. Desde que la humanidad tiene memoria, la búsqueda de la belleza y del conocimiento le ha acompañado, generando una civilización siglo tras siglo, que está cimentada en las bases que los eruditos de antaño construyeron. Poco queda ya en las grandes ciudades de aquellos rincones perdidos que contaban las historias de nuestros antepasados, sus preocupaciones o sus anhelos.
Sin embargo, a día de hoy, todavía hay refugios para los que buscan viajar en el tiempo y volver a rememorar el arte, que no es, sino nuestra forma internacional de comunicación. Sea cual sea la época o el contexto de una civilización, la necesidad de expresarse a través del arte ha dejado un legado que nos ha hecho entender de dónde venimos y hacia dónde vamos. Son, en este sentido, los museos, uno de los mayores oasis para admirar y cuidar el gran legado cultural y artístico del mundo.
Cuando entras en un museo, al igual que cuando abres un libro, estás adentrándote en otra realidad, en la que la armonía y la belleza son el lenguaje universal. La colocación minuciosa, por ejemplo, de un cuadro en la pared, al igual que la portada de una novela, nos está contando ya los primeros secretos que nos introducirán en las sensaciones y emociones de los artistas.
Año tras año, los museos se han convertido en un santuario para los amantes del arte y en una parada obligatoria para los turistas y viajeros. ¿Quién no ha sentido un escalofrío al presenciar la desolación del Guernica? Aquel cuadro que cuenta los horrores de la Guerra Civil consigue trasladarnos un grito ahogado en aquella inmensa y pulcra sala por la que día tras día pasan miles de personas.
Puede que el Thyssen o el Prado nos hayan conseguido dejar sin palabras, pero son cientos los museos que hay a lo largo del mundo y que esconden auténticas joyas aún por descubrir para muchos. Es nuestra responsabilidad, en los tiempos que corren, poder crear puentes de comunicación a través del arte, y poder llegar a conocer los pequeños museos más desconocidos, como el Museu del Joguet de Catalunya que reúne una colección de juguetes en Figueres, el Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca, el Museo del Escritor en Madrid o el Museo de la Miniatura en Guadalajara, entre otros cientos que no se podrían abarcar en este texto y que recogen todo tipo de tesoros artísticos y culturales. Cuando en Didot&Bodoni asumimos el encargo de realizar un libro o catálogo para alguno de ellos, nuestro principal objetivo es recoger esos tesoros en una pieza que también sea única y recoja plenamente su esencia.
El Día Internacional de los Museos, este año, viene con más fuerza y sentido que nunca y, desde Didot&Bodoni queremos animar a la gente a conocer y promover el arte de una manera segura. Porque nos alimentamos de cultura, el principal objetivo de nuestro estudio de diseño es realizar publicaciones artísticas, armónicas y profesionales donde poder reunir un pedacito de belleza para la memoria.
Y es que, después de estar atravesando este último año lleno de caos e incertidumbre, un poco de arte, armonía y belleza puede salvarnos y darnos la paz que necesitan nuestras mentes.
DIDOT&BODONI